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De la fe a la razón: un recorrido personal

14-Dic-2023

Diego Palacios

De la fe a la razón: un recorrido personal

Introducción: propósito y alcance

Este artículo no tiene como objetivo convencer o persuadir a nadie de abandonar sus creencias religiosas o dejar de asistir a sus lugares de culto. Más bien, una de mis intenciones principales es fomentar el pensamiento crítico en los lectores. Antes de unirse o continuar perteneciendo a cualquier organización religiosa, insto a realizar una investigación minuciosa y rigurosa. Es fundamental no dejarse llevar únicamente por los sentimientos, el carisma de los líderes, la belleza de los edificios, o cualquier emoción irracional al tomar una decisión tan importante como es la afiliación a un grupo específico.

La importancia del pensamiento crítico

En este documento, me propongo exponer, con la mayor objetividad que me es posible alcanzar, las razones por las cuales he dejado de creer en las enseñanzas de diversas religiones. He llegado a un punto en mi vida donde ya no me defino simplemente como alguien que cree o no en algo. He aprendido que es fundamental no aceptar creencias de manera acrítica, sino abordarlas con un espíritu de indagación y cuestionamiento, dentro de los límites de mi comprensión y experiencia.

Este proceso de reflexión y aprendizaje me ha confirmado aun más que las apariencias pueden ser engañosas. Incluso una persona que se presenta con traje y corbata, que muestra una imagen externa impecable, un vocabulario refinado, no siempre es digna de nuestra confianza. Un ejemplo claro de esto se puede ver en las historias de Ted Bundy y Mark Hofmann, quienes, a pesar de su carisma superficial, resultaron ser sociópatas y asesinos. Son claros casos del lobo disfrazado de oveja.

Evidencia extraordinaria

Lo extraordinario requiere evidencia extraordinaria - Carl Sagan.

Antes de aceptar lo que nos digan y de aceptarlo como verdad, debemos verificar la información: consultar libros, buscar fuentes en internet, comparar diversas opiniones y sacar nuestras propias conclusiones.

Reconozco más aún, y me esfuerzo por seguir aprendiendo constantemente de la evidencia que, con mucho trabajo, esfuerzo y estudio, han puesto a nuestra disposición biólogos, astrónomos, médicos, arqueólogos, historiadores, entre otros. Y si no entiendo algo profundamente complejo, no trato de llenar el vacío con alguna de las aproximadamente 4200 doctrinas religiosas que existen actualmente.

Reconocimiento de la ignorancia como fortaleza

Cabe aclarar que esto no quiere decir que me las sepa todas, porque nadie se las sabe todas. Más bien, hago eco de la cita célebre atribuida al filósofo griego Sócrates: 'Solo sé que no sé nada'. Este reconocimiento de nuestra propia ignorancia no es una debilidad, sino más bien una fortaleza que nos impulsa a buscar más conocimiento. Como señala el historiador Yuval Noah Harari, es precisamente cuando el ser humano ha reconocido su ignorancia que ha dado lugar a los mayores avances científicos y descubrimientos. Al admitir lo que no sabemos, abrimos la puerta a nuevas preguntas y exploraciones, lo que a su vez nos lleva a una comprensión más profunda del mundo que nos rodea.

Sin embargo, siento que mi aprendizaje y experiencias me han brindado la capacidad para discernir y cuestionar las afirmaciones de charlatanes religiosos y políticos. Aunque reconozco que siempre hay más por aprender, me esfuerzo por basar mis creencias y decisiones en conocimiento y razón, evitando caer en supersticiones.

Ciencia vs. religión: un dilema personal

Desde mi experiencia como alguien criado en el catolicismo—una experiencia que seguramente muchos comparten—, es difícil reconciliar en nuestra mente dos explicaciones tan distintas sobre la creación del mundo: una científica, resultado de la observación, análisis constante y la aplicación de diversos métodos científicos concretos, y otra que parece sacada de una historia de fantasías, como el 'Silmarillion' de J.R.R. Tolkien. Este dilema se agrava aún más cuando consideramos que la ciencia no solo se basa en hechos verificables y teorías respaldadas por evidencia, sino que también está en constante evolución. La ciencia se adapta y cambia a medida que se descubren nuevos datos, lo que la hace una herramienta poderosa para entender la complejidad del universo.

Por otro lado, las narrativas religiosas suelen ser estáticas, inmutables y presentadas como verdades absolutas. Esto crea un conflicto interno, especialmente para aquellos de nosotros que hemos sido educados en un entorno religioso pero que también valoramos el pensamiento crítico y el método científico. Nos encontramos atrapados entre dos mundos que parecen mutuamente excluyentes, lo que puede generar confusión, duda y, en algunos casos, crisis de fe.

En mi caso, he optado por seguir el camino del escepticismo saludable y la búsqueda constante de conocimiento. No descarto la posibilidad de que existan otras formas de entender o interpretar las grandes preguntas de la vida, pero me niego a aceptarlas sin antes hacer una evaluación exhaustiva. En este proceso, he encontrado que la ciencia, con su enfoque basado en la evidencia y su disposición a ajustarse a nuevos descubrimientos, ofrece un marco coherente y verificable para entender el mundo que nos rodea. Reconozco que la ciencia no tiene todas las respuestas y que es una disciplina en constante evolución, pero aprecio su método riguroso y transparente para explorar la realidad.

Las prácticas de algunas religiones pueden enfatizar la fe ("tener certeza en algo que no se ve" Hebreos 11:1) por encima de la evidencia empírica. Esta aproximación, basada más en sentimientos que en pruebas concretas, puede hacer que las personas sean susceptibles a ser influenciadas por charlatanes. Sin embargo, es importante reconocer la diversidad de experiencias y creencias dentro de las diferentes tradiciones religiosas.

Los adeptos de varias religiones a menudo expresan que su fe es la verdadera, basándose en experiencias personales y emocionales, lo que a veces puede parecerse a un efecto placebo. En contraste, la ciencia adopta un enfoque basado en el método científico, que implica iteración, refutación, debate y refinamiento continuo en la comprensión del mundo. A través de un análisis riguroso y constante, la ciencia busca llegar a conclusiones lo más sólidas posibles.

La ciencia, cuando se aplica a campos como la medicina, mejora significativamente la calidad de vida humana, curando enfermedades y aumentando la longevidad. En el transporte, la ciencia nos ha permitido volar y viajar rápidamente a distancias que antes eran inimaginables. Estos avances muestran el impacto tangible y positivo de la ciencia en nuestra vida cotidiana.

El mito de la caverna: una alegoría personal

Ahora comentaré lo siguiente en relación a mi viaje religioso y su similitud con la alegoría de la caverna de Platón, la cual simboliza el proceso de iluminación y descubrimiento a través del conocimiento.

Todos comenzamos nuestra vida en lo que podría compararse con el fondo de la caverna de Platón, creyendo que las sombras que vemos en la pared constituyen la realidad completa. A medida que crecemos y aprendemos, gradualmente empezamos a percibir que estas sombras son solo representaciones distorsionadas y que hay una realidad más amplia y compleja detrás de ellas.

A medida que profundizamos en el aprendizaje y aplicamos el pensamiento crítico, comenzamos a reconocer que nuestra visión del mundo ha estado limitada, como si estuviéramos en una caverna. Al expandir nuestra comprensión, nos damos cuenta de la sorprendente complejidad y diversidad del mundo exterior. Sin embargo, aquellos que aún no han emprendido este viaje de descubrimiento pueden sentirse confundidos o incluso temerosos ante nuestras nuevas perspectivas, percibiéndolas como desconcertantes o desafiantes a sus creencias establecidas.

Análisis Crítico de las Escrituras

En mi estudio detallado de las escrituras y materiales proporcionados por diversas iglesias, incluyendo la mormona, la católica y otras denominaciones cristianas, he encontrado inconsistencias y contradicciones. Este fenómeno no se limita a una sola religión, sino que parece ser un rasgo común en muchas tradiciones religiosas.

Ahora bien, ser un no creyente no necesariamente significa una falta de familiaridad con las escrituras. En muchos casos, implica haberlas leído y estudiado críticamente. Durante mi estudio, he observado ciertas discrepancias y, en ocasiones, relatos que plantean cuestiones éticas complejas dentro de estos textos, como los que se encuentran en la Biblia.

Ejemplos de estos episodios incluyen:

  • El relato de Josué en la Tierra Prometida (Josué 1-12), que plantea preguntas sobre la guerra y la moralidad.
  • La historia de la concubina en Jueces 19, un relato perturbador que aborda temas de violencia.
  • El episodio de incesto en la historia de Lot (Génesis 19:30-36), que presenta desafíos éticos significativos.
  • La narración del sacrificio de Isaac (Génesis 22:1-19), que ha sido objeto de numerosas interpretaciones y debates.

Estos y otros episodios presentan desafíos para la interpretación y la discusión en contextos religiosos. Surge la pregunta: ¿Cómo se seleccionan los pasajes para los sermones y qué criterios se utilizan para esta selección? Este proceso parece estar influenciado por una variedad de factores externos a las propias organizaciones religiosas. Es decir, Las organizaciones religiosas no operan en un vacío, sino que interactúan y responden a su entorno social y cultural. Este punto de vista abre la puerta a un análisis más profundo de cómo las religiones evolucionan y se adaptan a lo largo del tiempo, lo cual es un tema relevante y digno de exploración.

Transparencia y Cuestionamientos en la Iglesia Mormona

En mis más de 10 años como miembro de la iglesia mormona, incluyendo el servicio en una misión de 2 años, he notado ciertas áreas donde la información proporcionada por la iglesia parecía incompleta. Esto me llevó a un proceso de indagación más profundo, donde descubrí que ciertos aspectos históricos y doctrinales habían sido poco discutidos o abiertamente reconocidos por la iglesia, algo que cambió en 2013 con la publicación de los ensayos sobre temas del evangelio. Estos ensayos abordan varios hechos históricos, ofreciendo perspectivas que antes no eran ampliamente divulgadas.

La Carta a un Director del SEI de Jeremy T. Runnells, que recopila preguntas objetivas sobre las doctrinas de la iglesia, es un ejemplo de cómo la información accesible en la era de internet ha llevado a un mayor escrutinio de las enseñanzas mormonas. Algunas de las preguntas clave incluyen:

  • La existencia de múltiples relatos de la primera visión y sus contradicciones.
  • Estudios de ADN que cuestionan la narrativa del Libro de Mormón sobre el origen de los Nativos Americanos.
  • Anacronismos en el Libro de Mormón, como la mención de animales y tecnologías inexistentes en la América precolombina.
  • La metodología de traducción del Libro de Mormón por José Smith, usando una piedra vidente.

Estos cuestionamientos y la respuesta tardía de la iglesia a ellos plantean preguntas sobre la transparencia institucional. Aunque la iglesia ha abordado algunos temas difíciles, como la poligamia y el racismo, en los Ensayos sobre temas del evangelio, estas revelaciones tardías pueden llevar a una revaluación de la fe.

Esta revaluación personal me ha llevado a cuestionar no solo la doctrina mormona, sino también los fundamentos del cristianismo. He llegado a la conclusión de que el estudio crítico de las escrituras, incluyendo la Biblia, puede ser un factor determinante en la pérdida de la fe. Mientras que algunos textos, como los Proverbios y Salmos, pueden tener un valor inspiracional, otros pasajes plantean serias dudas éticas y morales.

Mi experiencia, tanto personal como en el análisis de la situación en mi país, Venezuela, donde la crisis y el sufrimiento son palpables, ha fortalecido mi escepticismo sobre la existencia de un ser divino intervencionista. Esta perspectiva me ha llevado a valorar más el enfrentar la realidad, por dura que sea, que vivir en un mundo de ilusiones reconfortantes.

Un capítulo cerrado

Hoy en día, mi perspectiva sobre la divinidad y la religión ha cambiado radicalmente debido a mis investigaciones y experiencias personales. Me considero alguien comprometido con su familia, apreciativo de la belleza de la vida y consciente de mis imperfecciones, al igual que todos los seres humanos.

Recuerdo que en la iglesia mormona solían decir que "la complejidad es del diablo, y la simplicidad es de Dios". Esta idea resuena con la tendencia humana a preferir explicaciones sencillas. Sin embargo, he llegado a apreciar la complejidad de la vida y del mundo que nos rodea. En lugar de temer a lo desconocido, he aprendido a abrazarlo, entendiendo que en la complejidad a menudo se encuentra una mayor profundidad y verdad.

Mi enfoque ahora está en mantenerme abierto a la realidad y alerta frente a las falacias y manipulaciones. Al cerrar este capítulo de mi vida, me despido de un período que, aunque desafiante, ha sido enormemente enriquecedor. No es un adiós a la búsqueda de la verdad o al pensamiento crítico, sino el comienzo de un nuevo viaje. Liberado de los dogmas y las supersticiones, estoy emocionado por explorar un mundo lleno de posibilidades y conocimientos.

Este no es solo el final de mi viaje en el ámbito religioso, sino también el inicio de una etapa donde la razón, la evidencia y el amor por el conocimiento guiarán mi camino. Agradezco a todos los que han sido parte de este viaje, tanto a quienes compartieron mis puntos de vista como a quienes no. Ahora, miro hacia adelante, listo para abordar el futuro con honestidad, coraje y una mente abierta.